La primera vez que escuché sobre Las mujeres que aman demasiado fue hace dos años. Estaba almorzando con mis amigas del trabajo cuando una de ellas recomendó el libro que lleva el título del blog de hoy.
Hace unos meses, en otra reunión, mientras hablábamos de esas relaciones ajenas que no conocemos pero que, por alguna razón, nos atrapan… Otra amiga comentó: “Eso te lo explican en el libro Las mujeres que aman demasiado”.
“Ok, tomaré esto como una señal divina”, pensé. Y como buena creyente de que Dios, la vida y el universo siempre encuentran formas curiosas de hablarte, decidí leer el libro.
Mentiría si dijera que no lloré… más de una vez
“Cuando estar enamorada significa sufrir, estamos amando demasiado.”
- Robin Norwood.
¿Recuerdan a Sadie Sink en el short film de “All too well” de Taylor Swift? ¿O a Gigi Phillips en “He is not that into you”? ¿O tal vez a Michelle en “How to lose a guy in 10 days”? Sí, todas ellas son mujeres que aman demasiado.
Mujeres que permiten patrones tóxicos en sus relaciones, que romantizan acciones pequeñas que en realidad son lo mínimo que se debería aceptar en una relación, y se aferran a lo que en realidad no les hace bien.
Un test rápido: Si al igual que ellas, tú…
Te aferras a relaciones con la esperanza de que el otro cambie.
Adoptas el rol de cuidadora, salvadora o terapeuta emocional.
Te olvidas de ti misma por heridas emocionales no sanadas.
¡Felicidades! También eres una mujer que ama demasiado.
Justificar las migajas es nuestra pasión
Durante un largo tiempo, pensé que establecer mis estándares en una relación era “pedir demasiado”. Me conformaba con un detalle esporádico cada tres meses, me sentía especial si los planes salían de nuestra rutina como pareja. Creía que, porque no había nada que me dañe físicamente, entonces estaba en el mejor lugar para mi.
Hasta que un día me pregunté: ¿en serio qué quiero en mi vida? ¿será que tal vez yo no me amo lo suficiente?
“No pensé que fuera tan malo porque aún podía soportarlo. ¡Pero mereces algo más que lo peor que puedes soportar!”- Robin Norwood.
Mirar hacia adentro, sin filtros, sin máscaras, tan crudo como sea posible, es uno de los actos más difíciles a los que nos podemos enfrentar. Es muy fácil decir en qué está fallando el otro pero… ¿qué estamos permitiendo nosotras? ¿desde qué lugar aceptamos el amor de nuestra pareja? ¿desde el miedo, una herida y una necesidad?
Es que muchas veces normalizamos esa ansiedad, o que nuestro cuerpo reaccione al borde del colapso por mantener una relación con alguien más.
Me di cuenta de que amaba demasiado cuando…
“Mi cuerpo ya no aguantaba más por la ansiedad, pero yo seguía intentando”
“Dejé que me tenga en secreto a pesar de que no había nada malo con la relación”
“Por intentar salvarlo a él, me perdí a mi y me volví una persona apagada”
“Le aguantaba cosas que me irrespetaban como mujer”
“Mi paz dependía de él, si él no estaba bien, yo tampoco y me sentía deshecha”
“Justificaba acciones que nunca toleraría en nadie más”
- Respuestas anónimas de nuestras lectoras
Amar demasiado = ¿amar mal?
Le tengo miedo al amor. Sí, lo dije.
Cuesta admitirlo, pero es real. Le tengo miedo miedo al amor porque cuando me enamoro, lo doy todo. Y cuesta sentirse vulnerable, más aún cuando ya has detectado patrones de cómo tu relación con el amor se podría convertir en algo que lastima.
“Creo que hay mujeres que aman demasiado porque caes en un ciclo, te acostumbras y pierdes tus estándares”, comenta Isabela. “A veces, cuando estás con alguien y sabes que sus relaciones anteriores no funcionaron, te convences de que contigo sí va a ser diferente”.
Es que a veces nos conformamos, aceptamos e incluso idealizamos a personas pensando que “los podemos cambiar”.
Así que dejemos de romantizar las migajas. Ya no estamos para aplaudir que alguien le de “like” a nuestros stories, que nos dé “un poquito” de amor o nos elija solo a ratos. No vinimos a esta vida a conformarnos con menos de lo que merecemos, solo porque “peor es nada”.
Merecemos un amor que nos sostenga, no que nos desgaste. Y eso empieza el día que eligimos no rogar por lo mínimo y decidimos crear, recibir y vivir siempre por lo que sea mejor para nosotras.