Ser madre joven: Un obstáculo para algunas, un alivio para otras
El debate del embarazo - ¿Cuál es la mejor edad?
Mientras Gisele Bündchen anuncia su tercer embarazo a la edad de 44, mis amigas abren el debate: ¿cuál es la mejor edad para tener un hijo? Yo solo las observo y pienso: ustedes, las europeas, no están conscientes de la suerte que tienen.
En mi país, Ecuador, muchas mujeres sienten que están fallando en la vida si no han tenido un hijo para los 28. Así que cuando mis amigas aquí en Londres se quejan de las presiones de ser mujer, les extiendo una invitación a Sudamérica para que conozcan y conversen con mis amigas ecuatorianas.
Yo, su escritora, tengo 25 años así que no estoy lejos de sentir dicha presión. ¿Si me preguntan mis amigas? digo que me preocupa quedarme sin tiempo para perseguir algunos de esos sueños juveniles que alguna vez tuve, como hacer un viaje mochilero por Europa con solo un diario, una cámara y sin otro itinerario que "encontrarme a mí misma".
Según Eurostat, la edad promedio para ser madre primeriza en Sudamérica es de 26 años, y eso es mucho más tarde de lo que solía ser en la época de mi madre, y más aún en la de mi abuela. Crecí escuchando historias de que tuvieron su primer hijo a los 16 años, mientras también se adaptaban al matrimonio y al cuidado de un hogar.
Admiro su capacidad para cambiar sus sueños juveniles por la vida familiar, pero yo quiero darme más tiempo para explorar mi propio camino. Por eso me mudé a Europa, donde, según me dicen, muchas mujeres adoptan perros en sus 30 y ni siquiera tienen hijos. Me gusta esa idea.
Pregunté a mis amigas europeas. Anna, de Polonia (27), compartió que ser mamá joven no está en su radar, especialmente porque está en una relación queer y no siente ninguna presión por concebir. Victoria, de Gales (26), dice: “No me preocupa. Si pasa, genial, pero estoy feliz con donde estoy ahora mismo”. Erika, de Estados Unidos (28), es más práctica: “Empecé a cuidarme de verdad a los 25, así que traer un niño a la mezcla sería malo para todos los involucrados”.
Y aunque estas son sus realidades, no puedo ignorar que huir de la maternidad no elimina el tic-tac en nuestras mentes. Cuando llegamos a los mid 20s, parece que se instala un chip en nuestros cerebro, recordándonos que el tiempo es finito. La maternidad se convierte en algo que se espera que contemplemos, incluso si estamos eligiendo activamente otros caminos.
“Este es un modelo que se ha vendido como el camino a la felicidad o el éxito,” dice Sofía Barahona, terapeuta venezolana. “Muchas mujeres creen que ser madre a una edad temprana cumplirá esa promesa. La ansiedad en torno a ser madre joven suele estar relacionada con preocupaciones más profundas sobre encontrar a la pareja adecuada, construir una familia y lograr la aprobación social.” Esta ansiedad, explica, es especialmente común en mujeres criadas en sociedades conservadoras o religiosas, donde el éxito aún se asocia fuertemente con la maternidad.
Y aunque las culturas latinoamericanas pueden encajar más tradicionalmente en este molde, las mujeres europeas tampoco están completamente libres de las presiones subyacentes. En conversaciones con amigas aquí, noto que, a pesar de menos presiones externas, el pensamiento sobre la maternidad aún ronda sus mentes. Tal vez no con urgencia, pero está ahí.
Mi amiga Amelia lo expresó perfectamente: “He pasado tanto tiempo construyendo una vida que amo que a veces pienso, ¿Realmente quiero tener hijos? Pero luego, surge esa pregunta: ¿Sentiré esto para siempre?”
A pesar de los avances feministas, la presión para conformarse con el modelo tradicional sigue siendo fuerte. Incluso en narrativas modernas como el icónico Diario de Bridget Jones, la felicidad y éxito finalmente se atan al matrimonio y la maternidad. Bridget, después de todo, pasa de estar soltera a los 32 años a casarse y tener un bebé, simbolizando que lo ha "logrado" —a pesar de que ya tenía una carrera y un sentido de sí misma.
Este tema da vueltas en mi mente. De hecho, es muy frecuente el preguntarme cómo cambiará mi vida cuando finalmente decida tener hijos.
Las razones médicas pueden añadir presión. “Me aterra no poder tener hijos sanos”, admitió mi amiga María en una videollamada reciente. María ni siquiera tiene novio, pero su edad ya está hablando por ella, sumando esta presión aunque no tenga planes inmediatos.
El Dr. Shahin Ghadir, especialista en endocrinología reproductiva, señala que la edad óptima para la fertilidad es entre los 20 y los 27 años, con una disminución notable a partir de los 30. Pero insta a no entrar en pánico, explicando que “no te vuelves infértil a los 29.” La especialista en fertilidad Dra. Arielle Bayer agrega: “Si tienes menos de 35 años y has intentado concebir durante un año completo sin éxito, es cuando deberías buscar ayuda de un experto en fertilidad”.
Podemos decir que no nos preocupa esto o que “lo enfrentaremos después,” pero la verdad es que estos pensamientos rondan en la mente de muchas mujeres. Muchas de nosotras somos parte de una conversación silenciosa y universal, incluso si solo es con nosotras mismas. En mi país, claro, no sería silenciosa. Nuestras madres expresarían su opinión, en voz alta, directa y frecuentemente.