Hay momentos que se repiten tanto en la vida que es imposible llevar la cuenta: los “te amo” a la persona incorrecta, los “perdón” sin intención, y las veces en que mi tío ha soltado la frase “nunca te cases”.
Y no, no es el tío soltero de la familia, de hecho es el que está en un matrimonio estable y con dos hijos en sus 20s.
Cuando era pequeña, me lo decía de broma: “nunca te cases, mejor ten varios novios en distintos países, y nos llevas a visitarte”.
Sorprendentemente, ya soy adulta y él sigue repitiéndome el mismo consejo. Solo que ahora, el tono cambió y la broma dejó de sonar tan broma: “nunca te cases, mejor quédense enamorados sin firmar nada… el matrimonio lo arruina todo”.
No te cases - Att: un casado
¿Alguna vez se han puesto a pensar por qué las personas más anti matrimonio son, precisamente, las que están dentro de uno?
Es irónico pero es cierto: los casados no quieren que nos casemos. Y no se trata de un acto egoísta, de querer vivir la increíble experiencia matrimonial solo entre ellos. Se trata de una advertencia que se camufla en forma de broma repetitiva.
Y como dice el dicho… de broma en broma, la verdad se asoma.
“El peor consejo matrimonial que me han dado es que no me case”, Mishell
Hay algo que los casados saben y que los solteros aún romantizan: que el matrimonio, por mucho amor que haya, cambia las cosas. Las apaga un poco. Las complica. Las vuelve más adultas, menos soñadas.
¿Qué más dice un casado?
Consejos que han recibido nuestros lectores:
Tienen que hacer todo juntos, o no hacerlo.
No te cases tan joven.
Si te engañan es tu culpa por no estar atento/a a sus necesidades.
Si no te engaña, no te agrede y no tiene vicios, es un buen esposo/a. Hay peores.
Tienes que atender a tu esposo/a siempre.
Debes quedarte en el matrimonio aunque ya no haya amor, por el bien de tus hijos.
A veces hay que soportar, porque nadie es perfecto.
Con tal de que te mantenga, no importa si es infiel.
Divorciarse es un fracaso.
¿Será todo esto lo que silenciosamente nos quieren advertir las parejas casadas?
Cuando tratas al matrimonio como un contrato
Tal vez el problema no es el amor, sino el contrato. Intentar cumplir con una lista de cosas que deberían nacer por voluntad propia.
Tal vez por eso los casados nos dicen que no nos casemos: porque ya entendieron que el matrimonio no es el final feliz de una linda relación, sino el inicio de una serie de negociaciones silenciosas.
Nuestra generación ya no sueña con el vestido blanco, sueña con tener paz mental, y una relación que pueda llegar al matrimonio sin necesidad de pensar que el siguiente paso lo va a arruinar todo.
Pero no lo arruina todo…
Cartas de casados anónimos
P.D. No te cases
Tendrás a la persona que más quieres a tu lado las 24 horas al día. - M
P.D. No te cases
Nunca más tendrás que abrir los frascos sellados, ahora lo hará él. - A
P.D No te cases
A menos que quieras a alguien trayéndote postre todas las tardes después del trabajo por el resto de tu vida. - N
Tal vez el matrimonio no sea el problema
Lo importante en cualquier tipo de relación es priorizar la estabilidad, la paz y la comodidad. En un matrimonio, el amor cambia, progresa, se transforma… y nunca será igual a la etapa de noviazgo.
Estar casados no se trata solo de llevar anillos iguales, sino de elegir hacer las cosas juntos porque quieres, no porque debes. De escuchar y entender, en lugar de simplemente soportar. De atender, no por obligación, sino por amor.
Es cierto que la convivencia cambia la dinámica de cualquier relación, y que adaptarse no siempre es fácil. Pero adaptarse no debería ser un reto reservado solo para los más aptos, sino una elección mutua. Quizás el verdadero consejo no sea “no te cases”, sino “no te cases por casarte”.